miércoles, 10 de marzo de 2021

III DIA DEL QUINARIO EN HONOR A JESUS HUMILLADO.



En el tercer día del quinario, celebrado el jueves 18 de febrero de 2021, relacionamos la llaga de la mano izquierda de nuestro Jesús con la virtud de la fortaleza.

Son tiempos extraños los que estamos viviendo y donde el miedo suele ser nuestro protagonista diario. Miedo que podemos vencer si tenemos fe en Dios.

Dios siempre nos ayuda y por ello tenemos que tener fe en que Él nos va a ayudar, pero muchas veces, por no decir muchísimas, tenemos miedo y esto solo se vence con la fortaleza. Fortaleza que se consigue con fe y confianza en que Dios nos ayudará.

Y a todo esto dedicamos el III día del Quinario de Jesus Humillado, ya que en tiempos como estos hablar de miedo es muy necesario.

Nos consolamos leyendo el capítulo 8 de San Mateo versículos del 23 al 28 donde dice que incluso los apóstoles, cuando estaban en el mar y se levantó una tormenta, tuvieron miedo y recordamos que JHC también lo sufrió en el monte de los olivos.

Por todo esto hablamos del miedo, de lo difícil que es controlar, pedimos perdón por las veces que engordamos este y nos olvidamos de tener fe en Jesus Humillado, nos comprometimos a ser más fuertes y a pensar en cosas positivas cuando nos venga el miedo.

Dimos gracias por las personas que se dedican a disminuir el miedo del prójimo, como familiares, amigos, psicólogos etc.

Y por supuesto pedimos a Jesus Humillado que diera fortaleza, en un momento que fue muy emocionante, a los enfermos de Covid que pasan solos sus días de hospitalización, a las familias de estos familiares que no saben qué ocurre con sus enfermos y por los enfermos que conocemos.

Fue un culto, breve, pero donde le dimos tanto sentido y nos salió del corazón cada cosa que dijimos, que se alargó más en el tiempo, porque cada párrafo, cada frase, cada petición o cada acción de gracias, se hizo con pausa, mirando a los ojos a Jesus Humillado y hablando con Él.

Se creó un ambiente precioso, entre el orador, Jesus Humillado y la persona asistente, entre los 3 creamos un gran momento.

La colocación del orador fue perfecta y se pudo mirar muy bien a Jesus Humillado, eso sí la persona asistente, estaba demasiado cerca al altar y no estuvo muy cómoda, pero excepto eso, el culto fue precioso, lleno de sentido, de emoción y de sentimiento fue de diez.







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