El altar de insignia, junto a las velas y las luces que creaban una extraña oscuridad en la cara de Jesus Humillado y Cautivo hizo que nos pareciera un poco caotica.
El acompañamiento musical fueron marchas de Semana Santa, que tampocco nos ayudaron al recogimiento.
Leimos el evangelio del día y el evangelio de San mateo 21 del 1 al 11 donde leimos la entrada de Jesus en Jerusalen.
Pero las reflesiones no siguieron la estala de meses pasados, fueron como un pregón previo a la semana Santa, esto junto a todo lo expuesto anteriormente restó solemnidad e intimidad al acto y más que una unión con nuestros Titulares fue un acto largo.
Tambien lo empezamos muy tarde, cerca de las diez y diez de la noche.
Esta misa tuvo lugar el primer lunes de mes de marzo, o sea, el lunes 7 esto también fue demasiado tardio.
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