Asi que esa inauguración fue como llegar al final de una gran etapa en el camino. Con alegría y gozo habíamos completado una etapa larga y complicada del camino y por eso dábamos gracias. Fue el día de las gracias por las metas logradas en el caminar diario.
La epístola estuvo dedicada a los vicios de la lengua desenfrenada y la diferencia entra ciencia terrena y celestial.
La estructura fue una vez más idéntica y volvió a ser un culto intimo y lleno de sentido. Eso sí lo celebramos de madrugada.
No hay comentarios:
Publicar un comentario