El acto comenzó a las 17.30 horas, con la puntualidad que caracteriza a nuestra Corporación.
La llamada de la campana sonaba a Vía Crucis y traslado.
Nada que ver con aquellos traslados maratonianos y festivos de los años noventa del del pasado siglo.
La emociono era patente en el ambiente ya que debido a la pandemia mundial que nos azota ha sido dos años sin estar todos juntos, fue tiempo de reencuentro con Ellos.
Primero se traslado a Jesus Humillado y luego a Maria Bendecida, los rezos fueron leídos telematicamente por amigos y familiares y es que si esta maldito virus ha traído algo positivo es que hemos aprendido (unos mas que otro) a manejarnos en las nuevas y fastidiosas tecnologías.
Así que en un prodigio de coordinación, trabajo y esfuerzo podemos escuchar las distintas estaciones y rezos de muchos amigos y familiares que previamente lo grabaron con amor y pasión.
Con la tenue luz de las velas y una vez elido el Evangelio del dia comenzó el acto y concluyo once minutos después.
Fue un acto lleno de emociones y reencuentro, salud y gratitud, sobre todo gratitud.
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