Era el día de Fátima y que mejor forma se iniciarlo que celebrar el segundo día del triduo en su honor, por la mañana temprano recién iniciado nuestro día.
La estructura del culto fue idéntica a la del día anterior, pero concluimos con la oración de "Bajo tu amparo".
Fue otro culto alegre, luminoso y entretenido, pero breve y sin muchas energías pues estábamos acabados de levantar.
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