Además de las partes normales de un culto de oración, lectura del evangelio del día ( presentación de Jesús en el templo) y dar gracias y pedir, esta vez la salud fue la protagonista, rezamos un Ave María a Maria Bendedida y pedimos la protección por todos los niños y niñas del mundo, en especial por los niños de la familia e hijo de nuestros conocidos. Así de una forma simbólica ofrecimos a nuestra titular los niños.
Previamente a terminar el mismo y para conmemorar el final de los cultos al Niño Jesús, se retiró del centro de la capilla la talla de este, que se encontraba en dicho lugar desde el inicio del adviento, para ocupar su lugar habitual en la capilla, previamente se celebró un besamanos en su honor.
Y así acabamos este culto lleno de simbolismo, sentido y sentimientos pues miramos mucho a nuestros Titulares.
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