Jesus Humillado y Maria Bendecida, llenaron la casa, las almas y los corazones, de amor, esperanza y alegria.
Fue un cortejo muy bien llevado por los hermanos participantes, sobrio y correcto cuando toco (Entrada en la catedral) y muy glorioso cuando salimos de ella.
Y es que esta Corporacion, sabe muy bien marca los tiempos.
Decir que el momento algido de la procesion fue la suntuosa petalada con la que se obsequio a Maria Bendecida en nuestra casa de hermandad.
El olor a flores inundo nuestro olfato, mientras el sonido de una musica acompasada volvia loco nuestros corazones a traves del oido y es que todos los sentidos se llenaron de sentimientos en tan historica petalada.
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