Todo salió a la perfección, las lecturas, las oraciones, la musica quizá fue lo meno adecuado.
Pero le faltó solemnidad, alegría y recuerdos alegres, fueron más bien recuerdos con nostalgia y pena, por tanto, aunque la hiciemos muy bien estuvo falta de algo... de esencia.
Leimos el evangelio del día y el salmo numero 103, por cierto, la homilia de acción de gracias escrita por el Hermano Mayor, fue muy personal pero muy emotiva.
Tras la misa recogimos el altar de Resurrección y montamos la capilla, bueno lo que pudimos, porque comenzamos una reforma de la misma.
No hay comentarios:
Publicar un comentario